jueves, 6 de agosto de 2015

Pasión de algunos

"El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión..." (El Secreto de Sus Ojos). 




En la película ganadora del Oscar hacen referencia a uno de los clubes de Avellaneda, pero todos los fanáticos del club y del deporte que sea, que vimos esta joya del cine argentino, nos sentimos identificados. Hay cosas que no vamos a cambiar, nunca. A mi principalmente me gusta ésta película porque una de mas mejores escenas (después del dialogo antes mencionado) ocurre en el estadio más lindo de la Ciudad de Buenos Aires, y no lo decimos solo los hinchas de Huracán. Desde cualquier lado del estadio ves perfectamente el partido. En otra época era muy utilizado para recitales por la acústica, pero esos eventos masivos terminan destruyendo las instalaciones, en realidad son los seres humanos quienes terminan destruyendo todo. 

Si bien crecí siendo de uno de los dos clubes más populares del país por herencia familiar, nunca me gusto ser una más del montón, tampoco soy de la minoría. Con el paso de los años me fui haciendo hincha y hoy me considero fanática de un club de Parque Patricios, del Club Atlético Huracán. 

Desde que nací viví en Valentín Alsina, a tan solo 30 cuadras de la cancha, siempre que íbamos a buscar a mi mamá al trabajo o al Hospital Británico pasábamos por Av. Alcorta. Siempre me gustó la arquitectura de dicho edificio, con las palabras HURACÁN por todos lados.

Fui a la primaria y a la secundaria en el barrio de Nueva Pompeya, con compañeros/as hinchas quemeros/as y otros/as tantos/as cuervos/as, como también había de Boca y de River como en todos lados. Pero los hinchas de Huracán eran muy fanáticos, llevando los colores aunque no correspondían al uniforme, con sus tatuajes, cadenitas o anillos con el "globo". No importaba si estaban en la B o en primera, ellos siempre orgullosos de formar parte de ese grupo, con el globo en el pecho. 

En el 99 Huracán descendió, pero un año después volvió a la mayor categoría del fútbol argentino ganandole a Quilmes, en esa final del 2000 que quienes estuvieron presentes, no es mi caso, jamás van a olvidar. Viendo ese partido por la tele comencé a tenerle un cariño a este club, sin saber que años después se transformaría en uno de los sentimientos más grandes y lindos (sobretodo cuando los resultados acompañan). Yo tenía 12 años y después de ese ascenso empecé a jugar al voley en el club, en ese momento pase de ser hincha de otro cuadro a ser simpatizante de Huracán. 

Pasaron los años, las malas dirigencias y el club otra vez enfrentaba un descenso, el tercero en su historia, en el 2003 en la fecha 15 recibíamos a Boca (ese club del cual yo era "hincha" por herencia familiar solamente), ese club que nos hizo 4 goles en una horrible noche de domingo, ese club que nos dió 4 puñaladas para acabarnos. Miraba el partido por la tele, y no me puse contenta porque Boca con ese triunfo llegaba a la cima de la tabla (torneo que después tendría como campeón a River), todo lo contrario, me puse mal, por Huracán, por ese gente que lloraba en la tribuna con sus hijos en brazos. Miraba lo que mostraba la tele, las caras llenas de tristeza y de bronca, y pensaba "¿Por qué van a la cancha en un día horrible, con frío, llevan a sus hijos, sabiendo que necesitan un milagro para ganarle al puntero y seguir con ilusiones para no descender?", varios años después puedo responder ese "¿Por qué?" Porque a tu equipo no lo abandonas en las malas, no rompes el carnet, no dejas de pagar la cuota, no dejas de ir a la cancha, no dejas de usar la ropa aunque te hayas comido una goleada contra un equipo que no conoce nadie. La situación del club es culpa de los dirigentes, y los dirigentes de turno son responsabilidad de los socios (una simple muestra de lo que en mayor escala representa la política de un país). Ese día me di cuenta que había dejado de ser simpatizante, que era hincha. 

En el 2006 fui por primera vez a la cancha, recuerdo que teníamos el Palacio suspendido, así que jugábamos de local en Caballito, era un sábado por la tarde que nos enfrentamos a los tucumanos y ganamos por dos a cero. Inolvidable. Desde ese día me perdí muy pocos partidos de local (por enfermedad o porque tenía que jugar al voley o porque estaba justo de vacaciones muy lejos). En esa época podíamos ir de visitante, así que dentro de lo que es Capital Federal y el gran Buenos Aires conocí otros estadios también. No hay nada más lindo que seguir a tu equipo y volver en caravana festejando el triunfo!!! Ese sábado me di cuenta que no era una hincha más, me convertiría en una fanática...

Tardamos en volver, pero en el 2007, en Mendoza, lo logramos, tendríamos que haber ascendido en San Juan, pero la mafia no nos dejó. Lamentablemente el fútbol está podrido, ya los futbolistas no juegan por la camiseta, juegan por la plata, sin importarles los colores ni su propia dignidad. Los referís en partidos decisivos se compran, luego desaparecen con su valija llena de dinero sucio. Pero ahí seguimos nosotros, los hinchas de verdad, esperando lo gloria que ya va a llegar. 

En el 2009, el mejor equipo que se veía en muchos años, ese que gustaba verlo jugar, tocando, con lujos, el que armó Ángel Cappa, al que todos llamaron "Los Ángeles de Cappa" llegó a la última fecha con chances de salir campeón, pero no. Fue un día atípico. Velez solo nos dió 3.000 entradas, pero como no tienen gente, muchos de nosotros compramos platea alta y nos mandamos por el lado visitante, así y todo tuvieron que abrir la reja para que entraran los más de 3.000 hinchas visitantes en Liniers, pero con los colores quemeros. Se nubló todo, llovió y cayó granizo. A nosotros nos anularon un gol aludiendo posición adelantada, lo cual no era cierto, a ellos les dieron un penal inexistente y se hizo justicia porque no pudieron convertirlo en gol. Cuando faltaban pocos minutos para finalizar el partido, le hicieron falta a nuestro arquero, falta que el árbitro no cobró y nos hicieron un gol. Nos volvieron a robar, como en el 2007, pero aún más alevoso (si, aún se podía ser más obvio).

Pasaron más años y el daño que le hicieron a nuestras inferiores dejando jugadores con potencial libres para que se vayan a otros clubes, los malos refuerzos, la mala administración en resumen, hicieron que volvamos a enfrentar un desempate para no descender, esta vez contra GELP, partido que se jugó un día de semana a la tarde con lluvia otra vez en cancha de Boca. Se dio el resultado menos favorable, con unos jugadores que no estaban a la altura de la circunstancia, que no demostraron tener ni sangre ni dignidad propia. Pero la gente siempre dijo presente. 

El 2014 es un año que no vamos a olvidar, volvimos a salir campeones después de 41 años, tuvimos que ir hasta San Juan para lograrlo. Volvimos a primera... pero aún hay gente que no quiere asociarse, que no quiere aportar al club, esa misma gente que vive quejandose. 

Hoy en día suelo planificar mis vacaciones en base al fixture o estipulando las posibles fechas, aunque no siempre todo sale como lo planeado. 

Muchos necesitamos de ese motor, de una excusa para juntarnos con amigos para mirar un partido cuando no podemos ir a la cancha, o para comer un asado antes del partido (o una pizza después), ese algo que cada vez que empieza un campeonato nos hace ilusionar, soñábamos con viajar por el mundo siguiendo a nuestro equipo en diferentes torneos, nos emocionamos cuando viajamos lejos de Parque Patricios y vemos a alguien con la ropa, o vemos un grafitti, o siemplemente un club hermano con el "Huracán" en su denominación social (hay centenares de globos por el mundo), por mil razones sé que este es mi lugar. Lo sé porque cuando se acerca la hora del partido ya te poner nervioso y las agujas del reloj parecen más lentas... Porque cuando vas caminando rumbo al Palacio se te va inflando el pecho, ves a las familias enteres, desde el bebé recién nacido que no se va a acordar de la primera vez que estuvo presente, y ves a ese abuelo y te preocupas por su corazón (¿Podrá soportar los 90 minutos de juego? y esperando que no sea su último partido)... Los colores, las banderas, los papelitos, el folclore que de a poco nos van sacando los gobernantes de turno... 

Somos el reflejo de la sociedad, pero a mi no me pueden decir nada, pago la cuota todos los meses y siempre que puedo estoy presente, y cuando no estoy lo miró con más nerviosismo que en la cancha. Porque es algo que se necesita, eso que te demuestra que tenes sentimientos (que pasan del amor al odio en pocos segundos), sangre, pasión por algo... Algo que no todos tienen... y que solo quienes comparten mi locura comprenden mi pasión... 





FAM - "Imágenes de Hurácan"


Escrito en Agosto de 2015

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