martes, 25 de agosto de 2015

La facultad...

La vida se divide en etapas, yo personalmente junto esas etapas con los niveles de educación alcanzados: la infancia (con el jardín) son unos años a puro juegos, donde te enseñan a compartir y donde empezas a respetar un horario para las distintas actividades (aunque el llegar temprano depende de tus padres, más que de vos), después viene la primaria, donde aprendemos a leer, escribir, hacer cuentas, y cuestiones básicas (la responsabilidad también corre por parte de nuestros padres que nos tienen que llevar y controlar que hagamos la tarea), hasta que en la adolescencia llegamos a la secundaria. Empezamos a ir solos al colegio (con la opción de "hacerte la rata" latente todos los días, o el quedarte hablando, por no decir boludeando, en la esquina), las materias empiezan a ser un poco más exigentes, algunos se llevan materias porque prefieren estudiar en las vacaciones (nunca los voy a entender), comenzas a pensar en qué carrera vas a anotarte, a qué te vas a dedicar en el futuro (en el "cuando sea grande quiero ser..."), buscas la universidad adecuada (para carreras tradicionales siempre es mejor la UBA), pero mientras disfrutas el no tener demasiadas responsabilidades, salir a bailar (de joda) todos los fines de semana, te enamoras por primera vez, y es muy probable que hasta en esta época te rompan el corazón también por primera vez... 

Debo reconocer que yo no quería terminar la secundaria, no quería empezar la facultad y tener que buscar un trabajo, dejar el club, alejarme de algunas amistades por cuestión de horarios, estaba bien cómoda yendo al colegio medio turno, yendo por las tardes a entrenar y así se me iban los días, semanas, meses... hasta que llegó el momento de anotarse en alguna carrera. La primera elegida fue contabilidad, ya que siempre me gustaron los números, Hacer asientos, ajustes y balances se me daba bien, mi hermano empezó la carrera y la dejó para dedicarse a trabajar, así que nos anotamos. Además esa carrera y la UBA hacen que después de conseguir un título, haciendo aproximadamente 10 materias más consigas un segundo título. 

Inicie mi aventura por los altos estudios allá por el 2006. En la facultad conocí mucha gente, a diferencia de la secundaria, solo compartías las materias con un mismo grupo durante un año, después ya era cuestión de organizarse y de suerte (ya que con el sistema nunca se sabe que opción te podía tocar, cruzabas los dedos y le rezabas a todos los dioses para que te asignen las materias de la primera opción). Solo sigo en contacto con muy pocos de mis ex compañeros, y por suerte hoy todos ya son colegas. 

Mis viejos me bancaron desde el principio, no querían que trabaje mientras me adaptaba al ritmo de la facultad, así pasaron los primeros años, hasta que conseguí mi primer trabajo de medio turno. Por las mañanas iba a cursar, luego a trabajar y más tarde algunos días de la semana me iba entrenar, pero esos días con tres actividades, yendo de acá para allá me fulminaban. Así que tuve que dejar el voley. Trabajé seis meses en un lado, estuve un año sin trabajar, después volví a conseguir trabajo, así hasta que por cuestiones de la vida en el 2012 ocurrieron varios sucesos complicados que me obligaron a dejar una materia y empezar a buscar trabajo full time y en blanco... En el 2013 ya con un buen trabajo de medio tiempo pude recibirme de mi primer carrera universitaria, y en Julio recibí un llamado donde me dijeron "Felicitaciones contadora". 

No me quedé solo con ese título, en este país ya no alcanza solo con un título como antes, además no me veo el resto de mi vida con mi propio estudio contable o trabajando para otros asociados, tampoco me veo toda la vida trabajando para una empresa que no sea mía, pero por el momento prefiero trabajar en relación de dependencia que ser independiente por un poco más de dinero, pero con muchas más responsabilidades, quizás sea por el hecho de que no he madurado del todo. 


Estuve pensando en cual podría ser la tercer carrera, pero la que tenía en mente es poco viable por la poca oferta que hay en mi facultad, y a una privada no pienso ir, así que analizaré si hago un post-grado el año que viene o si me tomo un año sabático después de dos carreras, lo que sí sé es que no voy a dejar de estudiar, hay que seguir estimulando el cerebro. 

Y llegó el 2015, nueve años después de haber empezado esta travesía me encuentro escribiendo la segunda tesis de mi vida, para obtener el título de "Licenciatura en Administración" (que no es lo mismo que el de "Administración de empresas", para estudiar eso vayan a una universidad privada). El tema ya está semi aprobado (no lo voy a decir por ahora, pero tiene algo que ver con el rubro en el cual trabajo hace más de dos años), solo resta sentarse a leer y empezar a escribir... Así que en Diciembre los espero para festejar (sin desperdiciar comida) los dos títulos de una buena vez. 



Llega un momento en la vida en el que tenemos que madurar, no hay una edad correcta para eso, no es algo mágico que venga predeterminado en nuestro sistema, pero tarde o temprano nos llega a todos, o a la mayoría... Yo sigo esperando que llegue mi momento!















Escrito en Agosto 2015...

jueves, 6 de agosto de 2015

Pasión de algunos

"El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión..." (El Secreto de Sus Ojos). 




En la película ganadora del Oscar hacen referencia a uno de los clubes de Avellaneda, pero todos los fanáticos del club y del deporte que sea, que vimos esta joya del cine argentino, nos sentimos identificados. Hay cosas que no vamos a cambiar, nunca. A mi principalmente me gusta ésta película porque una de mas mejores escenas (después del dialogo antes mencionado) ocurre en el estadio más lindo de la Ciudad de Buenos Aires, y no lo decimos solo los hinchas de Huracán. Desde cualquier lado del estadio ves perfectamente el partido. En otra época era muy utilizado para recitales por la acústica, pero esos eventos masivos terminan destruyendo las instalaciones, en realidad son los seres humanos quienes terminan destruyendo todo. 

Si bien crecí siendo de uno de los dos clubes más populares del país por herencia familiar, nunca me gusto ser una más del montón, tampoco soy de la minoría. Con el paso de los años me fui haciendo hincha y hoy me considero fanática de un club de Parque Patricios, del Club Atlético Huracán. 

Desde que nací viví en Valentín Alsina, a tan solo 30 cuadras de la cancha, siempre que íbamos a buscar a mi mamá al trabajo o al Hospital Británico pasábamos por Av. Alcorta. Siempre me gustó la arquitectura de dicho edificio, con las palabras HURACÁN por todos lados.

Fui a la primaria y a la secundaria en el barrio de Nueva Pompeya, con compañeros/as hinchas quemeros/as y otros/as tantos/as cuervos/as, como también había de Boca y de River como en todos lados. Pero los hinchas de Huracán eran muy fanáticos, llevando los colores aunque no correspondían al uniforme, con sus tatuajes, cadenitas o anillos con el "globo". No importaba si estaban en la B o en primera, ellos siempre orgullosos de formar parte de ese grupo, con el globo en el pecho. 

En el 99 Huracán descendió, pero un año después volvió a la mayor categoría del fútbol argentino ganandole a Quilmes, en esa final del 2000 que quienes estuvieron presentes, no es mi caso, jamás van a olvidar. Viendo ese partido por la tele comencé a tenerle un cariño a este club, sin saber que años después se transformaría en uno de los sentimientos más grandes y lindos (sobretodo cuando los resultados acompañan). Yo tenía 12 años y después de ese ascenso empecé a jugar al voley en el club, en ese momento pase de ser hincha de otro cuadro a ser simpatizante de Huracán. 

Pasaron los años, las malas dirigencias y el club otra vez enfrentaba un descenso, el tercero en su historia, en el 2003 en la fecha 15 recibíamos a Boca (ese club del cual yo era "hincha" por herencia familiar solamente), ese club que nos hizo 4 goles en una horrible noche de domingo, ese club que nos dió 4 puñaladas para acabarnos. Miraba el partido por la tele, y no me puse contenta porque Boca con ese triunfo llegaba a la cima de la tabla (torneo que después tendría como campeón a River), todo lo contrario, me puse mal, por Huracán, por ese gente que lloraba en la tribuna con sus hijos en brazos. Miraba lo que mostraba la tele, las caras llenas de tristeza y de bronca, y pensaba "¿Por qué van a la cancha en un día horrible, con frío, llevan a sus hijos, sabiendo que necesitan un milagro para ganarle al puntero y seguir con ilusiones para no descender?", varios años después puedo responder ese "¿Por qué?" Porque a tu equipo no lo abandonas en las malas, no rompes el carnet, no dejas de pagar la cuota, no dejas de ir a la cancha, no dejas de usar la ropa aunque te hayas comido una goleada contra un equipo que no conoce nadie. La situación del club es culpa de los dirigentes, y los dirigentes de turno son responsabilidad de los socios (una simple muestra de lo que en mayor escala representa la política de un país). Ese día me di cuenta que había dejado de ser simpatizante, que era hincha. 

En el 2006 fui por primera vez a la cancha, recuerdo que teníamos el Palacio suspendido, así que jugábamos de local en Caballito, era un sábado por la tarde que nos enfrentamos a los tucumanos y ganamos por dos a cero. Inolvidable. Desde ese día me perdí muy pocos partidos de local (por enfermedad o porque tenía que jugar al voley o porque estaba justo de vacaciones muy lejos). En esa época podíamos ir de visitante, así que dentro de lo que es Capital Federal y el gran Buenos Aires conocí otros estadios también. No hay nada más lindo que seguir a tu equipo y volver en caravana festejando el triunfo!!! Ese sábado me di cuenta que no era una hincha más, me convertiría en una fanática...

Tardamos en volver, pero en el 2007, en Mendoza, lo logramos, tendríamos que haber ascendido en San Juan, pero la mafia no nos dejó. Lamentablemente el fútbol está podrido, ya los futbolistas no juegan por la camiseta, juegan por la plata, sin importarles los colores ni su propia dignidad. Los referís en partidos decisivos se compran, luego desaparecen con su valija llena de dinero sucio. Pero ahí seguimos nosotros, los hinchas de verdad, esperando lo gloria que ya va a llegar. 

En el 2009, el mejor equipo que se veía en muchos años, ese que gustaba verlo jugar, tocando, con lujos, el que armó Ángel Cappa, al que todos llamaron "Los Ángeles de Cappa" llegó a la última fecha con chances de salir campeón, pero no. Fue un día atípico. Velez solo nos dió 3.000 entradas, pero como no tienen gente, muchos de nosotros compramos platea alta y nos mandamos por el lado visitante, así y todo tuvieron que abrir la reja para que entraran los más de 3.000 hinchas visitantes en Liniers, pero con los colores quemeros. Se nubló todo, llovió y cayó granizo. A nosotros nos anularon un gol aludiendo posición adelantada, lo cual no era cierto, a ellos les dieron un penal inexistente y se hizo justicia porque no pudieron convertirlo en gol. Cuando faltaban pocos minutos para finalizar el partido, le hicieron falta a nuestro arquero, falta que el árbitro no cobró y nos hicieron un gol. Nos volvieron a robar, como en el 2007, pero aún más alevoso (si, aún se podía ser más obvio).

Pasaron más años y el daño que le hicieron a nuestras inferiores dejando jugadores con potencial libres para que se vayan a otros clubes, los malos refuerzos, la mala administración en resumen, hicieron que volvamos a enfrentar un desempate para no descender, esta vez contra GELP, partido que se jugó un día de semana a la tarde con lluvia otra vez en cancha de Boca. Se dio el resultado menos favorable, con unos jugadores que no estaban a la altura de la circunstancia, que no demostraron tener ni sangre ni dignidad propia. Pero la gente siempre dijo presente. 

El 2014 es un año que no vamos a olvidar, volvimos a salir campeones después de 41 años, tuvimos que ir hasta San Juan para lograrlo. Volvimos a primera... pero aún hay gente que no quiere asociarse, que no quiere aportar al club, esa misma gente que vive quejandose. 

Hoy en día suelo planificar mis vacaciones en base al fixture o estipulando las posibles fechas, aunque no siempre todo sale como lo planeado. 

Muchos necesitamos de ese motor, de una excusa para juntarnos con amigos para mirar un partido cuando no podemos ir a la cancha, o para comer un asado antes del partido (o una pizza después), ese algo que cada vez que empieza un campeonato nos hace ilusionar, soñábamos con viajar por el mundo siguiendo a nuestro equipo en diferentes torneos, nos emocionamos cuando viajamos lejos de Parque Patricios y vemos a alguien con la ropa, o vemos un grafitti, o siemplemente un club hermano con el "Huracán" en su denominación social (hay centenares de globos por el mundo), por mil razones sé que este es mi lugar. Lo sé porque cuando se acerca la hora del partido ya te poner nervioso y las agujas del reloj parecen más lentas... Porque cuando vas caminando rumbo al Palacio se te va inflando el pecho, ves a las familias enteres, desde el bebé recién nacido que no se va a acordar de la primera vez que estuvo presente, y ves a ese abuelo y te preocupas por su corazón (¿Podrá soportar los 90 minutos de juego? y esperando que no sea su último partido)... Los colores, las banderas, los papelitos, el folclore que de a poco nos van sacando los gobernantes de turno... 

Somos el reflejo de la sociedad, pero a mi no me pueden decir nada, pago la cuota todos los meses y siempre que puedo estoy presente, y cuando no estoy lo miró con más nerviosismo que en la cancha. Porque es algo que se necesita, eso que te demuestra que tenes sentimientos (que pasan del amor al odio en pocos segundos), sangre, pasión por algo... Algo que no todos tienen... y que solo quienes comparten mi locura comprenden mi pasión... 





FAM - "Imágenes de Hurácan"


Escrito en Agosto de 2015

domingo, 2 de agosto de 2015

Mar del Plata en Invierno


Julio de 2015, luego de hacerle el motor al Tiburón Negro y aún teniendo las dos semanas de las vacaciones 2014 decidí volver a la Feliz, por segunda vez en el año, pero la primera vez con mi amado hijo.



A la ida todo bien, en la ruta se portó de 10, rindiendo 13 km/litro de nafta, sin levantar temperatura, el cielo despajado, sin mucho viento... Pero allá empezó a fallar y hasta dejó de querer arrancar, pero es un tema del cual voy a hablar en mi otro blog.


Debo reconocer que no recuerdo haber visitado esa ciudad en Invierno, más allá de un fin de semana de 2004 cuando fui con Huracán voley para jugar un torneo, en el cual salimos campeonas y nos metimos al mar (a fines de Agosto) para festejar. 

Me encontré con una ciudad, fría, llovió durante dos de los tres días que estuve allá. A la noche hace mucho frío (por la cercanía del mar). Por todos lados me cruzaba con porteños, o será que los marplatenses no se diferencian de nosotros (aunque técnicamente no soy porteña, sino bonaerense al igual que los oriundos de Mar del Plata). 



Fui a descansar y en parte lo logré, saliendo a caminar después del desayuno y por las tardes, pero me aburría, así que ingrese a Tinder para ver si encontraba alguien con quien tomar mates en la playa y quien sabe si daba para algo más, tuve suerte, lástima que el clima no ayudo del todo. 



La idea principal del viaje era no gastar mucha plata, y así fue. El hostel por 4 noches con desayuno incluido me costó $500, lleve comida desde acá igual salí dos veces a comer afuera y algunas  cosas tuve que comprar (unos $200), fui al casino como me gusta (y porque en Marzo la persona que me acompañaba en el viaje no me dejó entrar a probar suerte), pero no era mi noche y perdí solo $100, como corresponde compre alfajores para llevar al trabajo y para la familia, tuve inconvenientes con el auto así que gaste unos $200 en el taller y en nafta gaste más de $1000 (idea y vuelta, lo cual hubieran sido menos de $300 si hubiera usado el auto a GNC como siempre, pero aún no puedo). 



La verdad que Mardel es una ciudad que no termina de gustarme, si tuviera dinero para comprar una casa o departamento en la costa elegiría una de las playas del partido de la Costa, más cerca de capital, más tranquilo, ya que la idea de las vacaciones es respirar otro aire y descansar. 


La vuelta fue complicada, lluvia durante todo el trayecto y por momentos tormenta con mucho viento, no se veía casi nada a 100 metros (sisisi cien metros), por suerte no paso nada y volvimos sanos y salvos... ahora no queda otra que volver a la rutina (trabajar y pensar en la Tesis para recibirme este año), volver al taller a hablar con el mecánico porque algunas cosas no me cierran (acabo de hacer un MOTOR NUEVO y sigue tirando humo por el escape, no regula como me gustaría que lo haga, no llega a trabajar a la temperatura correspondiente casi nunca, etc), terminar de revisarlo para volver a salir en la ruta en el finde largo de Agosto, esta vez esperamos que sea un viaje con amigas.







Escrito en Agosto de 2015

martes, 28 de julio de 2015

Viajar


¿A quién no le gusta viajar? Hay quienes prefieren primero recorrer el país y luego el exterior, y hay quienes solo viajan afuera. Son gustos...



Yo busco viajar siempre que puedo, realmente no importa tanto dónde, sino más bien con quién y cuánto tiempo. La rutina, el trabajo, los estudios, los dramas familiares nos van consumiendo poco a poco... pero acá estamos... acá seguimos.



Actualmente estoy en Mar del Plata, por segunda vez en lo que va del año. Es cerca, accesible, pero no es de mis lugares preferidos. Se podría decir que es lo que hay actualmente, así que intentamos disfrutarlo al máximo, más allá de que está lloviendo en este momento, así que no queda otra que quedarse en el Hostel (Che Lagarto) a editar fotos, pero me dieron ganas de escribir. 



Me dieron ganas de escribir sobre una de mis pasiones que es viajar, porque justo con otro huésped y con la encargada del establecimiento nos pusimos a hablar sobre donde nos gustaría viajar, o a dónde ya hemos viajado. A veces hasta envidio a las azafatas que se la pasan viajando, conociendo lugares nuevos según la compañía en la cual trabajen. Por desgracia nunca se me dieron bien los idiomas por eso no era una profesión dentro de mis posibilidades (actualmente Contadora y futura Lic. en Administración, ambas en la UBA como corresponde).

Viajar, si es cerca que sea manejando (o sea con el Tiburón Negro), o en micro si no queda otra. Si es un poco más lejos, como cruzando el Atlántico el avión es lo más práctico. Hasta el día de hoy sólo crucé el Océano una sola vez, allá por el 2011 con 23 años fui a visitar a una de mis mejores amigas que se encontraba estudiando y viviendo en Grecia. Un viaje de más de un mes, mis vacaciones más largas. Claro que en ese momento me lo podía permitir porque no trabajaba en relación de dependencia, ahora ya es otra la historia. Recuerdo que tenía nervios de subirme a ese pájaro de acero, con más de 200 personas a bordo, pensado muchas toneladas y que iba a volar a más de 10.000 pies. No dormí en todo el viaje, me la pasaba escuchando música y mirando por la ventana, cada vez que pasábamos por una ciudad importante, es imponente verla desde tan lejos, algo que no se puede describir con palabras. Lo único malo es el apunamiento y el poco espacio entre los asientos, además del valor de los pasajes, lo cual hace que hoy solo pueda viajar a distancias más cortas. Conocer una cultura totalmente distinta, lugares donde hablan otros idiomas (griego y turco) y que algunas personas sepan tu idioma. Playas que parecen el paraíso, y que si hubiera podido alquilar un auto hubiera parado un par de horas en cada una de ellas (o al menos un día en cada uno de los balnearios de Grecia continental). 


Aún me queda conocer lugares como el Caribe Americano (donde se pueda nadar con Delfines), Italia, España, Francia, y otros países europeos. Aún me queda viajar a Australia y poder abrazar un Koala. Aún sueño con conocer Egipto, tanta historia escondida en las pirámides. Aún me quedan tantos kilómetros por recorrer (aéreos y terrestres), para eso trabajo, para juntar plata para poder viajar más. 

Por Huracán he viajado tres veces a la provincia de San Juan, pero no la pude recorrer, la verdad que no conozco casi nada de esa ciudad, más allá del Estadio del Bicentenario. Tantas horas arriba de un micro, o de un auto, para ver un partido de dos horas y volver a la ciudad de la furia donde me esperan las responsabilidades, responsabilidad debería ser una mala palabra. Ojalá me ganara la lotería para poder viajar como corresponde, sin preocupaciones, sin límites de tiempo ni dinero, pero mientras tanto hay que seguir laburando, perteneciendo al sistema. 

El año pasado me fui de vacaciones con una amiga a Las Cataratas del Iguazú, justo cuando se jugaba la semi-final del Mundial de fútbol. Obvio que era una oportunidad única y que por muchos años no se va a volver a repetir de "vivir un mundial", así que nos volvimos locas viendo la forma de llegar a Sao Paulo (avión, tren o colectivo) para estar allá en el momento en que nuestra selección jugara contra Holanda. Inolvidable, conseguimos pasajes de micro haciendo combinación (algo así como hacer Caballito-Retiro-Córdoba, 18 horas de viaje para estar 12 horas y volver, pero valió mucho la pena el dinero y el tiempo invertidos) miles de argentinos copando la ciudad brasilera, llegamos justo el día que a Brasil Alemania le había hecho 7 goles. Imposible conseguir entradas (demasiado caras, más si se daban cuenta de que eras argentino). Los brasileros se compraban las camisetas de Holanda y en el FIFA Fan Fest se pusieron a cantar con los de naranja, lo cual le dió y mayor sabor a la victoria por penales (que manera de sufrir, pero ser hincha fanática de Huracán me hizo estar más que preparada para este tipo de situaciones)... Ganamos, pasamos a la final y con mi amiga nos volvimos a seguir con nuestras vacaciones, quedándonos solo dos días para visitar las cataratas, un día del lado argentino y otro del lado brasilero. 

En este 2015 ya voy tres viajes a la costa, en marzo me escape un finde a Santa Teresita manejando otro auto (traicionando al Tibu) y volviendo en micro, para ir el finde siguiente a Mar del Plata y volver manejando otra vez. Y ahora que le hice el motor nuevo a mi bebé, me escapé sola, me tome unos cuantos días de mis vacaciones del año pasado, y vine a Mardel devuelta. Y con mis amigas ya estamos planeando un próximo destino un viaje a San Clemente para Agosto... dale Gas :)

No podría decir si me gusta más viajar en auto o en avión, cada una tiene sus ventajas y sus desventajas... lo importante es viajar... 




FAM - Fotografía



Escrito en Julio de 2015


viernes, 24 de julio de 2015

Mi odio hacia el frío

La verdad que lo pienso, y hasta lo hablo con gente que piensa diferente a mi, pero no, no lo entiendo. No entiendo como hay gente que AMA el FRÍO, que AMA el INVIERNO. Si fuera por mi me iría a vivir a un lugar tropical con un VERANO ETERNO (Como la canción de aquella tira de televisión emitida por Telefé, "Verano del 98", un verano que duro como dos años, y que muchos de los que nacimos en la década del '80 nos sabemos las canciones aún hoy, casi 20 años después). Hasta me han llegado a decir amargada, amargada yo? Ustedes son los amargados que prefieren una estación donde todo el mundo viste con ropa oscura, emponchados de tal manera que apenas nos dejamos descubiertos los ojos, ya que tenemos que usar guantes y gorros, donde no alcanza con un solo abrigo, sino que parecemos el osito Bimbo o el muñeco de Micheline. Nos ponemos toda la ropa del placard encima para salir a la calle, pero en nuestra casa o en el trabajo nos sacamos todo porque la mayoría de los ambientes son climatizados (no es el caso de mi nuevo hogar que es más frío que la calle). 

En la facultad nos pasamos buscando el lugar más cercano a la calefacción, no importa si no llegamos a ver nada del pizarrón, lo importante es descongelarnos, al menos por unas horas. En los transportes públicos no hace falta calefacción, ya que con el calor humano alcanza y sobra. Lo mismo en el trabajo, cerca de una estufa o del split del aire "frío-calor". En el colectivo preferimos ir en el fondo, cerca del motor. 

Entramos y salimos de ambientes climatizados, lo cual (el cambio repentino de clima) nos termina haciendo mal, ya que es casi imposible pasar el invierno sin al menos resfriarse UNA VEZ, ni hablar de la tos, en ésta época del año todo el mundo va tociendo. Aún recuerdo que en el 2009 se expandió la gripe A (H1N1) y por ese motivo en todos lados había ventanas abiertas, ya que la Organización Mundial de la Salud la clasificó como Pandemia. Cuestión que todo el mundo tenía miedo a contagiarse, así que preferían tener frío, pero ambientes ventilados, que estar calientes en un lugar, yo era una de esas personas. En nuestro país murieron al parecer 137 personas por esta enfermedad, siendo el segundo país con mayores decesos, después de Estados Unidos.

Volviendo a mi desagrado por el frío... Todas las mañanas es una tortura sacar la mano de entre todas las frazadas (duermo con mínimo tres frazadas, ya que intento evitar la estufa eléctrica por miedo a que se me prenda fuego todo mientras estoy durmiendo) para buscar el celular y apagar la alarma del despertador. Cuesta salir de la cama para buscar la ropa, cambiarme, y empezar toda la rutina para ir al trabajo. Todas las mañana al auto también le cuesta arrancar debido a las bajas temperaturas, ni hablar de que las ventanas están congeladas por las heladas que solemos tener por las noches. Hace poco descubrí lo que es dormir con una bolsa de agua caliente, a falta de calor humano con quien compartir la cama de dos plazas, nos compramos una de esas famosas bolsas, la cual todas las noches la lleno con agua casi hervida y la pongo junto a mis pies. Porque otra de las cosas malas del invierno es que sufro de "mala circulación", motivo por el cual, en ésta época del año tengo las manos y los pies congelados durante todo el día. Además tengo que dormir con medias, hasta que mis pies obtengan una temperatura considerable.

En resumen, en invierno prácticamente todo me da paja: levantarme, bañarme, salir a trabajar, ir a jugar a la pelota, salir a trotar/caminar, ir a bailar, salir de paseo, etc etc etc. Una de las pocas cosas que no me da paja es cocinar algo al horno, ya que eso hace que se caliente un poco, al menos, el departamento. Me encantaría ser como los osos e hibernar unos dos meses, acostarme y simplemente dormir... y dormir...

Otra cosa que me molesta en el invierno es el momento de la ducha, de bañarme, cuesta desvertirse, hay que tomar coraje para ingresar al baño, pero toma mucho más coraje salir devuelta al frío invernal que nos espera detrás de las cortinas, lejos del agua caliente. Agarrar la toalla como si fueramos flash, secarnos lo más velozmente posible, cambiarnos, secarnos el pelo (cosa que en verano no hacemos) y salir devuelta a la realidad. 

En Junio y Julio en Buenos Aires si bien no nieva (salvo aquel 9 de Julio del 2007), llueve, o simplemente está nublado, feo y deprimente. Se suele escuchar más música romántica, lentos, esos temas que se complementan con el clima. Me dedico a mirar tele (pelis o series) mientras ingiero alimentos con muchas calorías (chocolates sobretodo), en la cama obviamente. 

Estoy como Crónica TV, contando los días que faltan para la primavera, hoy faltan 59 días aún...!!! 

Que vuelva el calor, los días soleados y con temperatura ideal para ir a tomar mates al lado del río, salir a caminar, ir a tomar algo en algún bar (preferentemente en la vereda), balconear tomando mates o siemplemente leyendo, tomar sol (y así tomar un poco de color y dejar de ser Casper)... Con música alegre y que te tiren para arriba... 

El calor también tiene sus cosas, pero nada que un amigo con pileta en la casa no pueda solucionar!!! 



 







Escrito en Julio de 2015

martes, 16 de junio de 2015

Incondicional...

¿Cuántas personas pueden asegurar que son incondicionales (fieles por llamarlo de otro modo) a algo, o a alguien? Seguramente muchas lo dirán, pero solo el tiempo lo demostrará realmente. 

En cuanto se trata de personas primero tenemos que sernos fieles a nosotros mismos, luego serle incondicional a otras personas, como ser familiares, amigos y/o nuestra pareja. 

A la familia no la elegimos, es lo que nos tocó y tenemos que aceptarla, siempre y cuando ellos también nos acepten. En toda relación hay un mínimo de dos partes involucradas. Solo soy incondicional con mis familiares más cercanos, los que me quedan, sobre todo después de confesarles mi condición sexual y que lo aceptaran dentro de todo "bien" (no les queda otra, es mi vida, soy así). ¿Hay cosas que cambiaría? Si, pero el tiempo no vuelve atrás, podría haber hecho más por él, pero aunque quiera nunca vamos a encontrar un "por qué", solo nos queda mirar adelante, aunque ese día me persiga todas las noches... Hay que levantarse y seguir peleándola, por mi felicidad y la de ellos.

Tengo muchos conocidos, es más creo que llego a los mil, pero amigos reales? Pocos. Algunas están en mi vida desde hace muchos años (como ser desde la primaria), y otras son muy nuevas, pero en ese corto tiempo me demostraron que valen. La verdad es que no importa cuándo llegan, no es una cuestión de antigüedad, sino de fidelidad, de que me demuestren que quieren estar a mi lado, a pesar de mis mambos, por más que se haga fácil, porque no lo soy, Tengo amistades que viven a unas cuadras y casi nunca nos vemos ni hablamos, y otras que viven a miles de km, y hay veces que ni se nota que nos separa el Atlántico. Soy consciente de que algunas de las personas que hoy están, mañana pueden que no, pero de eso me preocuparé en un futuro. 

¿Nada es para siempre? Algo tan abstracto y subjetivo como lo que sentimos para mi si lo es. Hay sentimientos tan fuertes que nos llevan a realizar los actos más impensados, esas locuras que quedan grabadas como tatuajes en la memoria, que tarde o temprano vuelven para sacarnos una sonrisa o una lágrima, y recordarnos que por más que se quiera, no se olvidan ciertas cosas. 

Si me preguntan por un amigo de fierro... se me vienen un par de personas a la cabeza... y él, el tiburón negro, más conocido como "El Tibu". Más que fiel, a mi lado desde hace 18 años, más de la mitad de mi vida. Con él aprendí a manejar, dí mis primeros kilómetros haya por el verano del 2006 en la Avenida 7 que une "Las Toninas" con "Santa Teresita". Tuve otros dos amores, breves, pero importantes: el Fiat 128 fue mi compañero entre el 2007 y el 2008 y el Citroen C3 que apareció en mi vida entre el 2008 y el 2009. Pero en el 2010 volví al primer y gran amor, ahí le jure que no iba a dejarlo tirado otra vez. 

Acá estamos... de a poquito madurando, mejorando, o al menos intentándolo... Siempre está ahí: cuando salgo del trabajo, de la casa, de la facultad, de la cancha, del boliche, etc. Los fines de semana salimos a pasear, visitamos a nuestras amistades. Fuimos un par de veces a la costa. Me acompaña en la mayoría de las citas, estuvo en el peor día de mi vida aunque yo no pude manejarlo. Me ha visto llorar, me banca cuando canto a los cuatro vientos... simplemente estuvo y está... 

No lo puedo negar, me ha dejado en banda un par de veces, pero por eso no lo voy a crucificar, ni me voy a deshacer de él como me han recomendado varias personas, me han dicho que lo venda o que lo haga desaparecer para cobrar el seguro, pero no puedo ni pensarlo hoy, ahora. No me imagino un viaje sin él. Mi peor pesadilla es despertarme y al mirar por la ventana darme cuenta que no está. Toda la vida durmiendo bajo techo y ahora que me independicé le toca dormir siempre en la calle con el simple resguardo de los árboles, y a veces ni eso. 

Una vez me dejó a pata lejos, en la quinta de una amiga, aquella vez se pinchó el radiador y no quedó otra que llamar a la grúa. Mis amigas se tuvieron que volver en varios colectivos, sin aire y con un calor insoportable. Lo que me lo habrán puteado a mi bebé, pero son cosas que pasan, las máquinas con el uso se rompen, lo cual no quiere decir que está siendo maltratada. Casi nos deja a mis amigas y a mí en la costa, por momento no arrancaba, ni hacía nada, gastamos dinero en talleres y pudimos volver a Buenos Aires, pero el problema era solo cambiar un simple borne de la batería que al ser de plomo con el calor se partió y con toda la mugre no se notaba, se lo cambiamos por uno de bronce ($40 y solo tardo 5 minutos). Me ha dejado un par de veces cuando volvíamos de bailar. Casi se me prende fuego una vez. Sigue pagando patente, pero por un robo del municipio de Lanús. Y todo eso no me hace cambiar de opinión, no lo voy a dejar, no lo voy a dejar, ni quemar, sino que todo lo contrario, estoy a unos días de llevarlo al taller a que le hagan el motor, después le haremos carburación, le arreglaremos la butaca que utilizo yo, ya le compré dos cubiertas nuevas, y antes de fin de año la idea es cambiarle las otras dos... Nos vamos a ir de viaje, recorreremos la Argentina, nos escaparemos los fines de semana aunque sea a Chascomús, pero no lo voy a vender... porque EL AMOR NO SE VENDE... 






FAM - Fotografía


Escrito en Junio de 2015

miércoles, 3 de junio de 2015

#NiUnaMenos #YoFui

Hoy, miércoles 03 de Junio de 2015 se realizó una marcha a nivel nacional bajo el lema de "Ni Una Menos" con los siguientes cinco puntos: 





Yo personalmente decidí ir por esos cinco puntos y por muchos más que creo deberían haberse incluido...

Fui al Congreso Nacional de Argentina para exigir que trabajen alguna vez en su vida, que justifiquen los altos sueldos que se les pagan y representen realmente al pueblo que los voto... 
Fui porque las leyes se hicieron para ser cumplidas, quien maltrata, viola y/o mata tiene que pagar su condena, y desde mi punto de vista estas penas deberían ser mayores... 
Fui porque conozco mujeres que fueron violadas... 
Fui porque conozco mujeres que fueron y son golpeadas y no se animan a dejar a sus parejas ni a denunciarlos... 
Fui por las mujeres que no se animaron a ir por miedo a que sus parejas se enojen otra vez y les vuelvan a pagar...
Fui sola porque no siempre tenemos que estar acompañadas como nos impone la sociedad (muchas mujeres no denuncian por miedo a quedarse solas)... 
Fui por las que no pudieron ir porque ya no están...
Fui porque cada 30 horas una mujer en la Argentina muere debido a la violencia de género (según estadísticas no oficiales, ya que no hay un registro oficial sobre este suceso)...
Fui porque no sirve solo compartir el "cartelito" en una red social y quedarme sentada en mi departamento... 
Fui porque el horario laboral me lo permite, fui por las miles de mujeres que justamente por su horario laboral no pudieron ir... 
Fui por todas las mujeres asesinadas, no importa si no las conocí personalmente...
Fui por TODAS las mujeres golpeadas, abusadas, violadas...
Fui por TODAS las mujeres que murieron al realizarse un aborto en un centro clandestino porque aún es ilegal... 
Fui porque YA hay que legalizar el aborto...
Fui porque deberíamos dejar de mirar esos programas de televisión sin contenido, que muestran pura basura, pero aún así millones de personas ven como se trata a las mujeres solo por su belleza...
Fui porque hay que dejar de criar princesas indefensas y machitos violentos...
Fui por todas las que estamos cansadas de que nos digan guarangadas (esas que ellos llaman "piropos"), pero en realidad es acoso callejero, por el simple hecho de ser mujer y pasar caminando delante de ellos...
Fui porque no podemos usar pollera, calzas o shorts tranquilas sin que nos digan algo fuera de lugar. Sepan que si uso pollera es porque es cómoda, hace calor o simplemente porque me gusta usarla, no lo hago para llamar la atención ni para recibir sus "halagos", no busco que me levanten el autoestima de ESA MANERA... 
Fui por mi mamá, mi abuela, mis amigas, mis compañeras del trabajo, mis compañeras de la facultad, mis colegas, mis vecinas, mis conocidas... 
Fui porque hay que terminar con el estereotipo de mujer ideal (90-60-90) que se cobró muchas vidas de aquellas que no lograron nunca alcanzar esos estandartes de vida y se la quitaron ellas mismas...
Fui por las que sufren de bulimia o anorexia y son discriminadas por la sociedad.. 
Fui por todas las que aún siguen vivas, pero fueron secuestradas y esclavizadas...
Fui porque hay que TERMINAR con la trata de personas, los poderosos (Quines manejan este país) saben quienes son los que manejan este "Negocio" y no hacen nada para terminarlo, ellos son parte, son cómplices...
Fui porque estamos cansadas de los vivos que con la "excusa" de "no hay lugar" en el transporte público te apoyan descaradamente...
Fui porque estoy cansada de escuchar a los hombres detrás de su volante decir "Tenías que ser mujer", cuando son ellos los que peor manejan, los que más accidentes provocan... 
Fui porque no podemos seguir saliendo con miedo a la calle solas, ya no importa la hora, una mujer sola por la calle es blanco fácil para acosar, para robar, para violar...
Fui porque hay que dejar de idolatrar a aquellos personajes famosos que fueron maltratadores de mujeres y está demostrado que realmente fue así... La gente no cambia, quién le pego a una mujer lo va a seguir haciendo.. 
Fui porque soy mujer, lo cual no quiere decir que sea feminista, los derechos son por y para tod@s por igual. Soy conciente de que también hay hombres golpeados por mujeres... y eso también tiene que terminar
Fui para sumar mi granito de arena, aunque sea solo con estar presente... porque quise y porque pude ir...
Fui porque tod@s somos culpables de la sociedad en la que vivimos, si bien la heredamos así, está en nosotr@s hacer algo para cambiarla, para mejorarla... 


FAM - Fotografía



Porque... "Si no hay amor, que no haya nada..." 



Escrito en Junio de 2015

jueves, 21 de mayo de 2015

La Ciudad de la Furia

Hoy estuve al borde de explotar. Es increíble cómo una simple acción de otra persona (casi siempre un tremendo idiota), nos puede cambiar radicalmente el humor. 

Tranquilidad es lo que menos se respira en esta ciudad, si es que se puede llegar a respirar algo que no este contaminado, en todo sentido, en todas sus clases (del agua, del aire, del suelo, acústico y visual). 

Vivimos apurados, acelerados, alterados, estresados, encerrados en nuestro propio mundo, pero eso tiene que tener un límite, ahí donde comienzan los derechos del otro.

Vivimos agrediéndonos entre nosotros, consciente o inconscientemente. Desde la persona que escucha música sin auriculares en el transporte público; el que se hace el dormido cuando debería ceder el asiento ante una mujer embarazada, una persona mayor o un discapacitado; quien no cede el paso a los peatones; quien no utiliza las luces para señalizar y avisar la acción que va a llevar a cabo con el auto; quienes utilizan la bocina en exceso y en situaciones donde no se debe; quienes tiran basura en las calles, por más que haya un tacho de basura en casi todas las esquinas y por más que los haya no es excusa para ensuciar; quienes no respetan los semáforos (en el conurbano y por la noche está permitido, salvo que quieran que les roben); quienes mantienen empleados en negro; quienes compran algo sabiendo que es robado, solo por el hecho de que les sale más barato; quienes pelean y hasta matan por seguir diferentes colores o ideologías políticas, y así podría escribir todo un libro. 

Seguro que a vos que estás leyendo esto se te vienen recuerdos a la cabeza y hasta se te ocurren muchos más ejemplos, no? Así estamos, así vivimos y no es para nada saludable. 

Cada vez son menos las personas que dicen "Buenos días", "Por Favor" y "Gracias"; cada vez son más las personas que agreden verbalmente, como así también cada vez son más los insultos disponibles. Siempre es preferible un insulto antes que seguir acumulando, porque tampoco nos vamos a dejar atropellar siempre por los demás. Hasta que nos damos cuenta que tenemos un límite, que no siempre nos animamos a decir lo que pensamos. ¿Me vas a decir que nunca quisiste gritarle a tu jefe como seguramente alguna vez lo hizo con vos? No por respeto, porque determinadas personas se merecen unos cuantos insultos, sino por el miedo a perder el trabajo y no poder conseguir otro pronto. 

Vivimos con miedo, a que nos roben y lo que es peor que nos maten por sacarnos lo poco que tenemos o que le pase a uno de nuestros seres queridos. Somos de un país donde la justicia además de ser ciega es injusto y es solo para unos pocos. Vivimos preocupados con no llegar a fin de mes con el sueldo, pasamos 11 meses esperando las deseadas vacaciones para escapar, para irnos lo más lejos de esta ciudad. Para viajar a la costa, salvo en Enero que es lo mismo que estar en la Capital, pero con arena y mar. Personalmente en verano prefiero ir para la cordillera, alguna ciudad cerca de la montaña, donde solo se escuchen a los animales, donde el aire se pueda disfrutar con total tranquilidad (en los pulmones y en la piel), ver como aparece y se esconde la luna entre las montañas. Si se puede hasta nos subimos a un avión para salir del país, al menos por unas semanas, cuando en nuestro territorio hay miles de lugares hermosos por descubrir, y aunque duela hay que volver. 

Ya se perdió el romanticismo, ya somos minoría los que creemos en el amor, en que todo puede cambia y volver a ser como antes, como cuentan los que hoy son ancianos. Se viaja más por trabajo que por placer y mucho menos por amor. 

Los políticos nos mienten, las empresas nos estafan y ahí quedamos nosotros, en el medio de una guerra de intereses, de poderes y el único poder que tenemos es el voto, hasta ahí. 

Vivimos a las corridas, de cada al trabajo, luego a la facultad y/o al gimnasio (o viceversa), ni hablar de los que tienen familia y corren más para que los chicos no lleguen tarden a clases ni ellos a la oficina. En el camino chocamos, nos pisamos y tropezamos con nuestros pares. Cada uno luchando por nuestros intereses, pensando en nuestros problemas, cuidando lo que tenemos (sea poco o mucho, la mayoría nos rompemos el lomo para tenerlo, y a veces con un solo trabajo no alcanza). Nos corre el reloj, el tiempo pasa, los horarios hay que cumplirlos, los vencimientos nos recuerdan que tenemos deudas que pagar, los plazos de entrega en el trabajo y/o en la facultad, y aún así vivimos mirando para atrás, cuando ya es hora de mirar para adelante. Caminar por la calle, pararse en una esquina en pleno centro en un día laboral y observar: que 8 de cada 10 personas tienen el celular en la mano, ya sea mandando mensajes, hablando o escuchando música. Y es muy probable que las otras dos no tengan teléfono. Oímos sin escuchar, miramos, pero no vemos y sobrevivimos sin vivir. 

Creo que las cosas pueden cambiar, pero para eso tenemos que cambiar nosotros e ir contagiando al resto, porque nadie es un completo ejemplo a seguir, pero todos tenemos algo bueno, por más mínimo que sea... 



Escrito en Mayo de 2015

sábado, 16 de mayo de 2015

Hechos, no palabras...

En ésta ocasión les voy a contar algunas cosas sobre mi. Pocas personas me conocen realmente, en parte porque así lo quiero y en parte porque no a todo el mundo le importa conocerme. Lo que si pueden decir quienes me conocen es que soy lesbiana, hincha fanática de Huracán, el Tibu es mi debilidad, suelo ser enamoradiza (lo cual no pasa tan seguido), tengo un gusto "especial" en cuanto a la música, aún no maduré (en el momento que escribo éstas líneas estoy más cerca de las tres décadas que del cuarto de siglo), prefiero una película romántica antes que una de acción, creo en el amor para toda la vida aunque no lo he encontrado aún, y puedo seguir diciendo quién creo que soy, pero mejor no, mejor dejo que si te interesa intentes conocerme. Si no te gusta lo que llegas a descubrir eres libre de irte cuando quieras, no voy a obligar a nadie que no quiera quedarse a que lo haga. También puede pasar que a mi no me termine gustando alguna característica o la personalidad de quien intenta descubrirme y claramente me voy a alejar, aunque no cualquiera suma sin restar. Puedo dar varias oportunidades, pero me puedo cansar (todo tiene un límite) y no lo voy a pensar dos veces, "Besito, chau" y andate bien... lejos. 

Me he decepcionado muchas veces en mi corta vida, nunca llegamos a conocer al otro, pero de eso se trata, de conocer y aceptar que nadie es perfecto. Pero quien no suma, resta y a quien resta hay que dejarlo atrás. No solo me refiero a relaciones amorosas, sino también a las amistades. 

Soy de esas personas a las que les gusta explayar sus pensamientos en un papel, principalmente después de alguna desilusión amorosa. No todos mis escritos llegan a ver la luz, la mayoría termina hecha cenizas y arrastradas por el viento. Acá estamos una vez más, sin saber cuál va a ser el destino de estas hojas, que ya por ser plasmadas en un papel pasan a ser hechos, más que palabras. 

Mejor que decir es hacer, por eso cuando conozco a alguien que me interesa (repito que no siempre una persona nueva en nuestra vida es para formar una relación de pareja) o que me da "buena espina" intento conocerla, si se deja, y sino ella se lo pierde. Pero si me dan la oportunidad y la confianza de mostrarse tal cual son me permiten y me ayudan a mostrarme más. 

Soy de esas personas cursis (gomas) que dedican canciones, que dan regalos que a la simple vista pueden parecer insignificantes o sin motivo, pero a la vista de quien los recibe tienen un valor. Intento que siempre sea mayor el valor sentimental que el costo del obsequio en cuestión. Si una de mis amistades me necesita y me lo hace saber, en muchos casos pasa que no nos enteramos de lo que está viviendo el otro, no solo porque no lo queremos ver, a veces solo lo oculta o no se anima a pedir ayuda; voy a estar, ya sea para escuchar, aconsejar, dar una mano, un abrazo o simplemente acompañar o hacer que se distraiga un rato. 

El valor está en los detalles y yo valoro mucho a aquellas personas que estuvieron en los peores y en los mejores momentos de mi vida, he intento devolver todo ese cariño recibido siempre que puedo. Me da bronca e impotencia aquellas personas que en la primera de cambio se olvidan de todas las veces que estuviste al pie del cañón, o de cuando las ayudaste a levantarse y seguir adelante, esas personas que se llenaron la boca de palabras y el tiempo te demuestra que realmente nunca las conociste, esas supuestas amistades que en algunas ocasiones vuelven a buscarte después de meses, cuando te necesitan para algo o cuando se dan cuenta de que ya no estás a su lado. Ahí es cuando flagelo y suelo debilitarme, si es que esa persona me importó y claramente me sigue importando, pero te enseñan, aunque debería aprender más de mis errores, que no siempre tenes que estar ahí para todos. Uno de mis defectos es que me suelo acostumbrar a esas piedras que se cruzan en mi camino. 

A quienes me visitan intento hacerlos sentir cómodos como si estuvieran en sus casas, actúo como me gusta que actúen conmigo, con confianza. 

No me creo perfecta, ni cerca de serlo, soy lo que soy, fiel a mis ideales y a mis seres queridos. No voy a cambiar porque a algunas personas no les guste. Voy a seguir estando para quienes me necesiten y que yo crea que valgan la pena para compartir mi vida. Siempre de frente, siempre hacia adelante...  





Escrito en Mayo de 2015

viernes, 15 de mayo de 2015

Onda o Buena Onda... Esa es la Cuestión...

Existe la amistad entre el hombre y la mujer, como también entre mujeres y entre hombres, sea cual sea su condición sexual. ¿Pero quién no se confundió alguna vez respecto de lo que sintió hacia su amigo/a? Tal vez están pasando por algo parecido en estos momentos. 

Puede ser una amistad de años o de a penas unas semanas, el tiempo no importa, la cabeza va más allá de los límites y eso no lo controlamos. Como tampoco podemos controlar lo que sentimos, podremos ocultarlo, negarlo, pero tarde o temprano va a salir a la luz. 

El tema central está en distinguir que pasa del otro lado, eso que muchos llaman "onda" o con la simple "buena onda" que tienen algunas personas (más cuando la conocemos y sabemos que no es así de "buena onda" con todo el mundo).

No creo en el "amor a primera vista" porque es demasiado superficial (si hay que ponerle un adjetivo a este tipo de "amor"). El amor es más que lo físico, depende de la química, mezclada con la biología, la sociología, la historia (somos consecuencia de nuestro propio pasado), lengua (la comunicación no puede faltar, desde la escrita hasta la corporal, como tampoco puede escasear el escuchar), matemáticas (no porque debamos ser racionales, sino porque los números están en todas partes: horas, días, meses, años, distancias, alturas, direcciones, peso, teléfonos, etc), música (a veces ni escuchamos, o solo lo hacemos cuando nos conviene, los sonidos influyen al igual que todo lo demás), psicología, etc. 

En la escuela tenemos tantas materias, conocemos tantos profesores, pero el amor no aparece en los planes de enseñanza oficiales aprobados por el Ministerio de Educación. 

La vida es nuestra escuela eterna, de la cual egresamos con la muerte. La vida es quien nos va a enseñar sobre amor y sentimientos, pero no hay teoría, sólo es práctica, el famoso "prueba y error", el tropezarse, caer y levantarse. Tantas frases hechas y re-contra dichas se me vienen a la cabeza, de esas que te dicen para intentar levantarte. Algunos no entienden que las palabras se van con el viento, todo en esta vida lo relacionamos con palabras, pero a la vez tantas palabras no son nada, muchas veces son en vano si quien las percibe no las valora, o si llegan a un destinatario incorrecto o impensado. También está el caso de que quien las dice no las siente profundamente, y se miente a si mismo. 

El tiempo es un factor importante, no solo por los tiempos verbales, sino por el momento en que se mandan y cuándo son recepcionadas las mismas.

Algunos también dicen: "la intención es lo que cuenta". Hay cosas que hacemos con cierta intención y terminan saliendo o generando otros resultados. Por eso la disculpa más repetida es: "lo siento, no fue mi intención". Un detector de mentiras para Navidad no me vendría nada mal. 

Como siempre, me termino yendo por las ramas... y ya no sé porque empece con este "tema", va si sé, pero quiero olvidarlo...

Hay gente que es simplemente "buena onda" con todos/as, y en esos casos es muy complicado detectar si tiene onda justamente con nosotros o sólo es así, como lo es con los demás. 

Por eso yo recomiendo ir de frente, encarar y sacarse la duda antes de que sea demasiado tarde, antes de que los sentimientos alcancen tal velocidad que no se puedan frenar y el choque con la realidad sea inevitablemente doloroso (Como dice el spot de la Asociación Civil LUCHEMOS POR LA VIDA: "Si se puede evitar no es un accidente").

Para aquellos religiosos que creen y siguen los 10 mandamientos, les diría que habría que agregar el "no jugarás con los sentimientos ajenos". Es una cuestión de ética, no entiendo como esa gente duerme con la conciencia tranquila después de haber lastimado un órgano vital para nuestra existencia y tan frágil como el corazón. 

No hay que ilusionarse si la probabilidad no es altamente significativa, y mucho menos hay que ilusionar a otra persona cuando ni siquiera sabemos lo que queremos nosotros, ahí volvamos al tema de jugar con los sentimientos de otros. Acá es cuando me gusta creer en la teoría del "todo vuelve" (tanto en lo bueno como en lo malo), lo que das de alguna manera vuelve, tarde o temprano. 

Siendo realistas es imposible que el ser humano, con un poco de sentimientos, no se ilusione ante la primera luz de esperanza, creyendo que tiene suerte de agarrar una onda verde cuando está con el tiempo justo. 

Todos estamos de paso por la vida, sabemos cuando llegamos, pero no tenemos realmente idea de cuándo vamos a tener que partir. La inmortalidad no existe, la piedra filosofal y el elixir de la vida son sólo mitos, hasta que se me demuestre lo contrario... 


FAM - Fotografía



Escrito en Diciembre de 2011

La espina, la astilla, el clavo, la flecha y la estaca...

En cuestiones de experiencias amorosas no soy experta aún (por varios motivos se me conoce como “novata”), ni pretendo serlo en lo que me resta de vida (por lo menos no en fracasos amorosos). Pero si espero en algún momento encontrar al “amor de mi vida” (como cualquier humano), a ese ser “perfecto” para mi (Soy consciente de que nadie es perfecto, pero igual nos empecinamos en buscar alguien que se acerque lo más posible a la perfección).

Partiendo de esa base, nadie es perfecto, nadie conoce la perfección, o sea que nadie sabe lo que busca, quiere, anhela, desea, sueña, etc., exactamente. Puede que “esa persona” haya pasado delante de nuestros ojos y no lo hayamos visto (Recuerden que no es lo mismo VER que MIRAR). También puede que lo hayamos tenido en nuestras manos y por determinada razón lo perdimos. Pero hoy quiero pensar que aún no pasó de largo y que no fue de los pocos “casos” que “tuve en mis manos” y luego se fueron.

Solo quiero compartir en este humilde texto la “conclusión” a la que llegue después de mi última experiencia  sentimental, la más reciente, aquella que aún hoy no ha cicatrizado (no sólo porque mi sistema nervioso es de mala circulación, lo cual no tiene solución médica conocida, sino también porque mi inconsciente no se queda tranquilo ante la falta de tantas respuestas a las preguntas redactadas en una carta-mail prácticamente ignorada), y que no tiene fecha cierta de recuperación, lo único que espero es que no se vuelva crónico.

Después de estos pocos años de “investigación” en el mercado amoroso, he detectado cinco (5) clases de amores (sería mejor si los llamáramos “enamoramientos”).
Está el enamoramiento clase-tipo espina que a su vez se subdivide en 3 categorías:
Espina de rosa, aquel en el que caemos por dejarnos llevar solo por la belleza superficial y torpemente nos terminamos “pinchando”. Este duele, pero no siempre termina haciéndonos sangrar. En el peor de los casos, puede instalarse debajo de la piel, pero son fáciles de sacar y se curan rápidamente.
- Espina de Aloe Vera, es solo momentáneo, fugaz, cuando sentimos el “pinchazo” volvemos a la realidad enseguida. En el caso de las personas con piel MUY sensible puede llegar a derramar una gota de sangre (son casi nulos).
- Espina de Cactus, es para mí el más peligroso, ya que nos pasa al estar distraídos, no lo esperamos, no le damos importancia, lo pasamos por alto, hasta que es demasiado tarde. Nos damos cuenta cuando sentimos un fuerte y raro dolor. Sabemos de dónde proviene, pero nos cuesta verlo, lo sentimos, nos molesta, duele, pero cuesta sacarlo. Las personas mayores nos dirán “es cuestión de succionar con fuerza y saldrá”. Lo dejo a su criterio.
Lo bueno es que ninguno de estos tres deja cicatrices y es solo cuestión de un pequeño lapso de tiempo para ser superado y olvidado. En nuestra vida podemos sufrir muchas veces este tipo de experiencias, a veces son tan fugaces que ni las tenemos en cuenta al día siguiente siquiera.

La clase astilla creo que es la más común o frecuente. Literalmente, dudo que haya alguien que no haya pasado por esta experiencia, de haberse clavado una astilla en el pasado. Duele y molesta, la vemos, sabemos cómo llegó ahí, sabemos dónde está, pero también sabemos que el sacarla nos va a doler, y es más que seguro que vamos a terminar sangrando un poco o mucho, depende de cuán profunda este. De la profundidad también va a depender la futura cicatriz o marca que nos hará recordar este hecho en el futuro. A veces la astilla queda después de una relación importante, que tal vez no molesta, pero se ve, se siente, y con el tiempo el propio cuerpo la va a expulsar del sistema.

Ahora les hablare de la clase clavo, el famoso clavo. No sé quien inventó o comentó la teoría del “clavo que saca otro clavo”, pero hay una cuestión de física y lógica de por medio. Otro clavo no lo va a sacar, sino que va a ser peor. Los invito a que hagan “la prueba” física, es cuestión de encontrar una madera, dos clavos y un martillo. La única forma de que un clavo saque a otro, es que el primero haya entrado casi superficialmente en la madera, pero si el primer clavo traspasó medianamente bien la madera, el nuevo clavo lo único que va a lograr es que el orificio (la herida en el caso amoroso) sea más grande y cuando por fin saquemos el viejo clavo (o este se caiga sólo, lo cual puede suceder, aunque es poco común) quede un "vacío" que el nuevo clavo no va a poder llenar. Dentro de esta “categoría” tenemos distintos tipos (clases) de clavos, los hay de diferentes tamaños y lo más importante es el tipo de madera que somos y la profundidad que logra alcanzar el primer clavo.

La clase flecha es esa que proviene de la mitología romana y de la griega (En la mitología romana es el Dios del deseo amoroso,  es hijo de Venus, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y de Marte, el dios de la guerra. Su equivalente en la mitología griega es Eros.). Es la teoría de aquellos que creen en el “amor”, del flechazo a “primera vista” y que supuestamente debe ser correspondido con otra persona, sin distinguir sexo alguno (ya que ese sería el “trabajo” del famoso Cupido). Yo no creía, pero bueno, dicen que en “algo” hay que creer. Ese algo apareció en mi vida hace poco, hace unos meses, pero así como llegó se fue. Así como creí, ahora dejo de creer otra vez, ya que o fue un sueño o un espejismo (como esa visión de agua que vemos en una ruta, no importa cómo, cuándo, en qué vehículo, a qué velocidad o dónde lo hagamos, siempre está distante, lejos de nuestro alcance, pero a pesar de todo eso seguimos hacia adelante hasta que encontramos un destino mejor o se nos cae encima la noche y ese espejismo queda atrás, en el pasado y hasta puede traspasar las barreras del olvido).
En resumen, si es que Cupido existe, este es mitad “dios” y mitad humano, y como todo ser humano a veces se equivoca y le pifia a quien le correspondería darle el flechazo. En estos casos, en los que se equivoca, al principio todo parece maravilloso, pero luego cuando hay que sacar la flecha no correspondida, es muy doloroso y complicado. En el peor de los caso termina en una intervención quirúrgica.

Por último, voy a comentarles de algo que solo me imagino, eso que denomino como el enamoramiento clase estaca. En mi corta vida aún no lo experimente, pero me encanta pensar que los vampiros, los hombres lobo, las brujas y demás seres sobrenaturales existen y conviven día a día como si nada entre nosotros. Si los vampiros existieran el amor de esta clase sería ese que literalmente te mata, ese que se clava en lo más profundo, dolorosamente y justo en medio del corazón. Es el que va con nosotros al “más allá”, definitivamente creo que después de un amor así no se vuelve, pasamos a ser cenizas y polvo.
En la vida “real” una estaca sirve, por ejemplo, para mantener firme una carpa. Tomando a la carpa como si fuera una relación con otra persona, un amor verdadero, ese que es correspondido, un amor inmortal…

Hay quienes clasifican el amor solo en dos clases: el correspondido y el no correspondido. También hay quienes lo clasifiquen hasta en cientos de clases. Pero todo lo que acaban de leer es solo mi opinión al día de la fecha, solo el tiempo y el destino sabrán lo que me espera al final…




Escrito en octubre de 2011